Entrevista a Manoli Martínez, de la primera promoción de Pureza de María Madrid

Manoli Martínez: «El colegio es prolongación de mi casa»

Con cuatro años, fue la primera alumna matriculada en la Pureza de Madrid. Hoy, cinco décadas después, Manoli Martínez mantiene aún un fuerte vínculo con el colegio que ahora celebra sus Bodas de Oro.

¿Cómo fueron los inicios de la Pureza en Madrid?
Las clases estaban en un piso, eran habitaciones pequeñas y había pocas alumnas al principio. Cuando yo tenía 8 años, nos trasladamos a unos chalés, donde estuvimos como algunos meses, mientras terminaban el edificio definitivo. De vez en cuando, nos llevaban a ver el nuevo colegio en obras. Estuvimos encantadas cuando pasamos a ocupar sus instalaciones.

¿Cómo era la docencia?
Me acuerdo sobre todo de que, con las notas, nos daban unas bandas de raso: azul si destacábamos en conducta, roja si éramos aplicadas, blanca por piedad, o verde por aseo. Nos hacía mucha ilusión que nos tocara alguna banda. Era un estímulo. Yo sacaba siempre alguna. En realidad, casi todas.

¿Algún otro recuerdo en especial?
Las hermanas se iban en verano a Cercedilla y nos invitaban a visitarlas. Allí tenían una piscina de esas grandes redondas y una ermita. Las recuerdo con mucho cariño.

 

¿Continuó tras concluir su educación en la Pureza su relación con el colegio?
Sí. Y seguirá siempre porque para mí es pilar para toda mi vida, incluso matrimonial.

¿Cómo vive usted la celebración de este quincuagésimo aniversario?
Con mucha ilusión, porque el colegio es prolongación de mi casa, y de mi familia. Quiero mucho a todas las religiosas. De ellas, recibo ánimo en los momentos buenos y malos.

¿Por qué se distingue, a su juicio, la educación impartida por la Pureza?
Mis hijas y yo hemos tenido una educación muy buena en lo intelectual. Aunque alguna se despistara en el colegio, luego en la universidad se ha visto que iba muy preparada. La semilla queda siempre. También la formación como personas se les nota. Tienen los buenos sentimientos que el colegio les ha inculcado.

Esta entrevista se publicó originalmente en la edición nº129 de Mater Purissima (febrero 2008)

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