Panamá: 5 años dejando huella

Para quien no nos conoce en Deja Huella Panamá somos un grupo de jóvenes misioneros, universitarios y de secundaria que buscamos hacer de nuestra sociedad algo mejor desde nuestro trabajo solidario: recolección de donaciones, desarrollo de campañas, recaudación de fondos, visitas y giras solidarias…para poder ayudar efectivamente a algunas comunidades rurales de nuestro país.

Sabemos que «nadie da de lo que no tiene» y por ello a lo largo del año nos formamos, humana y cristianamente para poder realizar nuestro campamento Misión en el mes de Enero.
Muchas son las comunidades a las que hemos visitado y con ellas hemos compartido: Chiriquí grande, Tres Hermanas, Vista Alegre, Vaquilla, Cirí grande, Teriá Nacimiento, Cacao, Congal.

2013 es un año más y tambien una misión más en Panamá pero como cada misión es única la vivimos como sí fuera la primera vez… No se por dónde empezar esta crónica…

Quizás lo haré diciendo que me siguen sorprendiendo los jóvenes y su entusiasmo por servir, por ayudar por llevar el Mensaje de Jesucristo a sitios a los que jamás hubiéramos ido si no fuéramos misioneros…

Tal vez podría enfocar este relato en los lugares a los que fuimos, Tres quebradas y Agua buena en donde dos comunidades nos esperaban y con ellos vivimos días increíbles y no sólo compartimos nuestra fe sino que vivimos en carne propia el ecumenismo y el diálogo con nuestros hermanos separados…

Podría, también, referirme a las tertulias bajo la luz de la vela, a las lecturas profundas, a los temas tratados, a las historias compartidas que cada noche nos calentaban el corazón y despertaban en nosotros el deseo de trabajar por un mundo mejor…

Otra manera de acercarme a nuestra misión 2013 podría ser el leer una a una las bitácoras diarias en las que los misioneros nos dejaban plasmado su corazón. En dónde nos narraban lo que había significado su día y como había tocado sus vidas la sonrisa de algún niño o la mirada de un anciano o el compartir el jueg de béisbol con los jóvenes…

Sin duda podría narrar los conocimientos adquiridos en el campo porque para nosotros, gente de ciudad, ordeñar una vaca, marcar las reses, presenciar un rodeo, no son cosas que vemos todos los días y menos que hacemos…

Pero no, creo que, aunque esto es importante y maravilloso me quedo con una cosa: no hay casualidades y Dios se encarga de hacérnoslo ver:

No es casualidad que tuviéramos el encuentro de religiosas que trabajamos en América y luego la misión porque Hna Débora pudo venir para vivir la misión con nosotros y tocar de cerca lo que es Nuestra comunidad de vida y  hoy ya nació Deja Huella Venezuela… Bienvenidos a todos ellos a la experiencia joven de hacer misión.

No es casualidad que Panamá fuera cede del congreso de la CIEC pues pudimos contar con la presencia de Hna Ysabel que nos compartió las historias de Deja Huella Barcelona en su primera misión y recordamos también lo que hacen al otro lado del mar Deja Huella Santa Cruz y Deja Huella Palma… Es un gustazo saber que hay lazos que nos unen y que existe ese lenguaje universal del amor que nos congrega.

No es casualidad que no contáramos con luz eléctrica pues nos abrió un espacio para el encuentro real de nuestras vidas  y la posibilidad de reconocer que lo importante, lo fundamental en la vida no esta en lo que tenemos o en lo que adquirimos sino en lo que somos y compartimos.

No, no es casualidad, que con una fuerza inexplicable, ante la invitación a Dejar Huella se responda de la misma manera en Colombia, Panamá, España y Venezuela. Esto esta rodando a marchas maratónicas y si está rodando es porque es de Dios y es Él quien encendió el motor y nos sigue convocando.

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