Sólo de FOC

Desde pequeño, he tenido la oportunidad de estar en contacto con distintos movimientos cristianos. Ya desde niño, en el colegio en el que estudié, se me educó en el carisma de la austeridad franciscana, cosa que agradeceré eternamente. Más tarde, aprendí a hacer vida de parroquia en el barrio en el que vivía. Después llegó el trato cercano con compañeros de estudio o amigos pertenecientes al Verbum Dei, el Camino Neocatecumenal y Cursillos de Cristiandad. A los 20 años entré en contacto con la Congregación Religiosa Pureza de María y, un año después, por iniciativa de la Hermana Mari Carmen Oltra pasé a formar parte de Foc Palma.

Todo ese itinerario pastoral, junto al trato con mi familia, amigos, alumnos, padres y compañeros de trabajo han conformado lo que, a día de hoy, soy como persona.

Desde este bagaje me dirijo con mucho cariño, pero también de forma muy clara, a todos los miembros de la comunidad educativa Pureza de María. Especialmente a los miembros de Foc  y a sus padres para hacerles saber que Foc es un itinerario real, actual, formativo y completo de vida cristiana.

Me llamo Xisco, tengo 32 años y soy de Foc, solo de Foc. No pertenezco a ningún otro movimiento, ni tengo a día de hoy, una vida de parroquia que vaya más allá que la que conlleva mi participación en la Eucaristía dominical en las iglesias de mi barrio. Solo soy de Foc, de Foc Madrid. Las vivencias y la convivencia con mi gente, me aportan “día a día” lo necesario para crecer como persona. En nuestro Foc nos esforzamos por conocernos y llamarnos por nuestro nombre. Convivimos en comunión unos con otros y nos esforzamos por soportar nuestras diferencias de la mejor forma posible. En mi grupo de Antorchas, trabajo temas de actualidad social y religiosa y, me consta, que el resto de los miembros de Foc trabajan de igual manera. Disponen de un itinerario marcado con unos objetivos claros. Foc ha sufrido en los últimos años una transformación encaminada, en mi opinión, a mejorar la formación de sus miembros y a clarificar los itinerarios a seguir. Creo que los objetivos se están alcanzando y, aunque los cambios provocan los miedos que siempre aparecen en estos casos, Foc está en permanente camino de mejora y de adaptación a la realidad actual.

Entiendo, por lo tanto, que hablamos de un movimiento capaz de formar integral, humana y cristianamente, de una forma equilibrada y coherente, que huye de los extremos y persigue una conexión tranquila con la sociedad actual. Solo aquellos cristianos que viven integrados en la sociedad –en toda la sociedad y no solo en la cristiana-, pueden provocar cambios en la misma. Muchas más dificultades tendrán para provocar cambios, aquellos que actúan desde puntos más extremos y alejados de los entornos en los que se encuentran.

Tal y como observamos, la reacción ante las acciones más radicales, es la crítica, el recelo y el alejamiento.  Así pues, Foc persigue la formación de cristianos del primer tipo. Aquellos que están destinados a conseguir cambios sosegados en su entorno actual.

 

Los caminos para conseguirlo son: una formación en valores cristianos, basada en los modelos personales que nos ofrece el Evangelio, en especial en la figura de María y una vivencia auténtica y coherente en conexión con Dios, con los demás y con la naturaleza. La vivencia coherente conlleva una permanente acción ejemplarizante pero siempre desde la normalidad. El ser humano no es perfecto y el miembro de Foc tampoco lo es. Quien pertenece a Foc es aceptado con sus limitaciones humanas, pero se le exige permanente actitud de mejora. Es, en esa actitud en la que el miembro de Foc debe ser modelo y destacar: en la autoexigencia por una mejora permanente pero siempre desde la normalidad y en los aspectos más cotidianos. Seguramente ese es uno de los aspectos más atractivos. Los formadores de nuestros pequeños pertenecen a sus propios ambientes y, por lo tanto, son modelos de Cristo en los mismos entornos que nuestros miembros incandescentes más pequeños.

Por otra parte, el movimiento, siguiendo el esfuerzo de la congregación por compartir con los laicos la misión de anunciar el Evangelio, ha hecho en los últimos años un esfuerzo por dar a las Brasas una formación completa para conseguir que el peso de todo lo que conlleva Foc recaiga sobre sus laicos y que la religiosa (la Hermana de Foc), sea una mera coordinadora. De esa forma podrá dedicar sus esfuerzos a ser formadora de formadores y fuente de la que, todos los miembros de Foc, puedan beber y tomar ejemplo.

Así pues, considero y comparto con los que leéis este artículo, que Foc no es un “minimovimiento”, ni algo creado solo para niños, sino que es un itinerario de vida válido desde la etapa infantil hasta la vida adulta, tal y como demuestran los grupos de Antorchas surgidos en el Foc al que pertenezco.

Me llamo Xisco y soy de Foc, solo de Foc.

Francisco Javier Ramonell
(Formador de Brasas)

Este artículo de Francisco Javier Ramonell se publicó originalmente en la edición nº140 de Mater Purissima (junio 2011)

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