El gran descubrimiento

EL GRAN DESCUBRIMIENTO

Seudónimo: Aleab

Había una vez un niño llamado Daniel.  Él era un niño de baja estatura, cabello castaño, ojos verdes y con un tono de piel blanco.  Daniel era de una familia muy humilde, vivía solo con sus dos abuelos de parte de madre.  En un día muy soleado, Daniel fue al parque con algunos de sus vecinos, como lo hacía frecuentemente, y en el parque justo enfrente de un banco estaba un objeto extraño, nunca antes visto por ninguno de ellos.   Los vecinos sin dejar expreso nada de curiosidad se fueron; pero Daniel no pudo y sin pensarlo tomó aquel objeto, del cual su procedencia parecía la más difícil de adivinar.  Daniel al tomar el objeto salió corriendo y sin mirar hacia atrás tropezó con una piedra y el objeto se rompió.  Daniel muy triste fue a contarles todo a sus abuelos y ellos le dijeron que algún día él conocería qué era ese objeto.   Daniel muy contento, todos los días después de la escuela alquilaba un libro con el poco dinero que tenía, hasta que solo le faltaba leer un libro de la biblioteca, era un libro tan grande que podía tener escrita toda la historia de su vida, era un libro cuyo tema abarcaba todas las ciencias.

Daniel ahorró unos cuantos meses para comprar aquel libro, cuando lo compró de inmediato empezó a  leerlo, pasaban los días al igual que las hojas y cada vez que pasaba una hoja se disminuía su esperanza.  Hasta que justo ahí, en la última página salía una gran imagen de ese objeto cuyo nombre para ese tiempo no existía, pues lo que Daniel encontró era solo un prototipo.  Daniel se puso muy contento y triste al mismo tiempo y se propuso a ser el primero en crear ese objeto.  Fue recolectando muchas partes y piezas durante el pasar de los años y las fue uniendo hasta que había pasado ya casi 10 años.  Daniel había hecho más de cinco mil intentos y no  perdía la esperanza; pero un día cuando tenía todas las piezas en su maleta, alguien se las robó.  Daniel lleno de rabia y de tristeza se puso a recordar todo lo que había hecho para recolectarlas; ya que había vendido hasta su sangre.

Daniel ya con solo el mínimo de esperanza se fue a aquel parque donde encontró el objeto y se sentó en aquella banca a pensar, en ese momento un hombre se le acercó y le dijo: -“¿te puedo ayudar?, te veo con una cara muy triste” y Daniel le respondió: -“No creo, pues me acaban de robar lo único que tenía”.  El señor le dejó justo a su lado algo envuelto y cuando Daniel lo abrió y vio que era un mensaje, el cual decía: -Para que cumplas tus sueños, y le dejó una gran cantidad de dinero.  Daniel salió y compró algunas piezas que le agregó al prototipo que guardaba y de esta manera, lo hizo funcionar y en aquella pantalla estaba escrito un mensaje que decía.  “Sabía que lo lograrías y que no perderías la esperanza” y debajo decía: -atentamente el señor del parque.  Daniel al instante corrió a darle las gracias a aquel señor que tanto le había enseñado.

Categoría: Cuarta (Séptimos, Octavos, Novenos grados).

Corrección: Profesora Marta Obando de Macías

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