Mora: recrear lo social

Mora: recrear lo social

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Sebastián Mora (Málaga, 1966) ocupa desde 2009 la secretaría general de Cáritas Española (aquí su biografía completa). Defiende la necesidad de «revitalizar nuestro compromiso como personas sociales si realmente queremos poner remedio a la situación actual».

-Plantea que la crisis no es sólo económica, sino también de valores. ¿Por qué, y cómo salimos de ella?

Si hablamos de crisis de valores es porque, a medida que la persona ha ido dejando de ser el centro de la economía, y el crecimiento y el consumo se han convertido en valores absolutos, nosotros mismos, conforme nos hemos ido dejando devorar por esa espiral del poseer, hemos ido desprendiéndonos de la esencialidad del ser, del compartir, del acoger… Por eso insistimos tanto en Cáritas en la urgencia de revitalizar nuestro compromiso como personas sociales si realmente queremos poner remedio a la situación actual desde la acción conjunta, la participación y la responsabilidad ciudadana, asumiendo la opción por los más pobres mediante respuestas cercanas y sencillas, alejadas de todo aquello que signifique acumular y que nos aleje de nuestra auténtica condición humana.

-En anteriores entrevistas, ha alertado de que España se encaminaba hacia una fractura social. Con el reconocimiento del Gobierno de que hasta 2016 no se logrará disminuir el desempleo en España, ¿cómo actuar?

Con motivo de la presentación, el pasado mes de marzo, del Informe FOESSA 2013, en el que se advierte ese riesgo real de proceso de ruptura social al que se enfrenta la sociedad española, decíamos también que es tiempo de ensayar proyectos sociales, de creer en nuevas formas de vinculación comunitaria, de probar nuevas formas de gestionar lo común. El vino nuevo no puede ser acogido en odres viejos, por ello necesitamos recrear lo social y lo político. Una política y una sociedad que, como ha recordado el papa Francisco, se reconozcan en “el poder como servicio a los más pobres”. Estamos en un momento de transformación social profunda que no podemos dejar en las manos de los mercados sino que debemos construir entre todos adquiriendo un lugar especial para los más débiles y frágiles.

-¿Cuenta con recursos Cáritas España para atender a todos los que le piden ayuda? ¿Cómo han evolucionado sus recursos desde que ha estallado la crisis? ¿Somos solidarios?

Tenemos esos recursos, lo que no significa que podamos actuar como un acordeón y vayamos a desarrollar una labor de acogida y respuesta a las demandas de los ciudadanos que necesitan ayuda.  La acción de Cáritas tiene sus límites y no puede –ni debe— sustituir nunca el mandato del Estado de garantizar los derechos básicos y la dignidad de todas las personas. La nuestra es una labor de subsidiariedad y complementariedad, como señala la propia Doctrina Social de la Iglesia. Dicho esto, la respuesta que Cáritas está ofreciendo en estos momentos a quienes sufren los peores efectos sociales de la crisis es la que protagonizan las propias comunidades parroquiales en el seno mismo de la Iglesia, de cada Diócesis. En ese sentido, la respuesta a las demandas de ayuda está siendo generosa, tanto en el número de voluntarios que se suman a los programas y servicios de Cáritas  para acompañar a las personas más vulnerables como en el volumen de recursos económicos privados que recibimos para sostener nuestra actividad.

-¿Existen, en su opinión, otras vías para luchar contra el déficit que no impliquen reducir la Sanidad pública, los servicios de Bienestar Social o la educación?

Debemos tener la convicción profunda de que podemos y debemos construir un nuevo marco socioeconómico que, de alguna manera, sirva para blindar los derechos sociales de las personas en mayor desventaja social. La iniciativa legislativa popular sobre los desahucios, las iniciativas de economía solidaria, la solidaridad de tantos voluntarios y voluntarias, la campaña “Salvemos la hospitalidad” para que en el código de derecho penal no se persiga la hospitalidad con los inmigrantes independientemente de su situación de residencia, el incremento de las personas que colaboran en organizaciones sociales, la participación ciudadana creciente son signos de nuevas posibilidades.

-¿En qué ámbitos están priorizando sus recursos una vez que la crisis se está prolongando mucho más de lo previsto inicialmente?

Nuestra respuesta a los efectos sociales de la crisis siguen orientándose en los mismos ejes que definimos hace cinco años, cuando definimos nuestras estrategias de acción ante las nuevas situaciones de precariedad social que comenzaban a manifestarse, como, por supuesto, el refuerzo a todos nuestros programas de acogida y atención primaria, junto al fortalecimiento de los servicios de apoyo al empleo y la formación, y los programas de vivienda.

¿Cómo se financia Cáritas España?

Contamos con recursos públicos en forma de subvenciones y convenios con las distintas Administraciones públicas y con aportaciones privadas de donantes particulares y empresas. Aproximadamente, el 65 por ciento de nuestros recursos proceden de donaciones privadas, mientras el 35 por ciento proveniente de fondos públicos.

-¿A cuánta gente atienden?

Los últimos datos disponibles están incluidos en la Memoria anual de actividades, donde se señala que al último año el conjunto de la Confederación Cáritas atendió a 6.364.126 personas, de las cuales 1.800.000 lo fueron entro de España y el resto en programas y acciones de cooperación internacional en diversos países de todo el mundo.

-¿Cómo ve al nuevo Papa Francisco? ¿Observa un cambio en sensibilidad social respecto al pasado?

En poco días el papa Francisco, con pocos gestos y palabras, pero de enorme profundidad, ha dibujado el horizonte de la Iglesia y, por tanto, de Cáritas. “Una Iglesia pobre y para los pobres”, “una Iglesia en la que el poder es servicio”, una “Iglesia alegre y animada”, una “Iglesia que luche contra la pobreza espiritual y material”, “una Iglesia que sepa crear puentes”, una “Iglesia que custodie la Creación”, “una Iglesia constructora de la paz”… Ha levantado una revolución comunicativa en muy poco tiempo y en ambientes creyentes y no creyentes existe una abierta simpatía por el Papa. Este tsumani informativo, sin embargo, no nos debe hacer perder de vista el verdadero centro y fundamento de la Iglesia, que es Jesucristo.

 

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